Estimados lectores:
seguramente os habréis preguntado que de dónde ha salido la información relativa a la segunda parte del topónimo del nombre de nuestro pueblo, en la cual yo defiendo que su origen es "Buen Barón" y no "Buen Varón", pues bien... paso a transcribirles el fragmento de "Historia del rebelión y castigo de los moriscos del Reino de Granada" escrito por el ilustre don Luis de Mármol Carvajal, cronista real de Felipe II, que en la segunda mitad del S. XVI escribió lo que sigue:
"Los de Mecina de Bombarón se alzaron también el viernes en la noche, saquearon luego la iglesia, quebraron los retablos, despedazaron las venerables imágenes, deshicieron los altares, y finalmente destruyeron y robaron todas las cosas sagradas, y hallando a los cristianos descuidados, los prendieron a todos y les saquearon las casas. En este lugar arbolaron los rebeldes una bandera de tafetán carmesà bordada de hilo de oro, y en medio un castillo con tres torres de plata, que la tenÃan guardada de tiempo de moros, y el que la tenÃa se llamaba Andrés Hami, vecino del mesmo lugar. Prendieron al beneficiado Francisco de Cervilla en su casa, y atándole las manos atrás, le dieron muchos bofetones y palos, y le llevaron de aposento en aposento, hasta que les entregó el dinero y la ropa que tenÃa, y después sacándole fuera, se adelantó un moro que solÃa ser grande amigo suyo, y haciéndose encontradizo con él en el umbral de la puerta, le atravesó una espada por el cuerpo diciéndole: "Toma, amigo... que más vale que te mate yo que otro", y allà le acabaron de matar los sacrÃlegos a pedradas y a cuchilladas. Y no contentos con esto, tomó uno de los que allà estaban un palo, y le quebrantó todo el cuerpo a palos desde los pies hasta la cabeza. Y otro dÃa de mañana le sacaron arrastrando fuera del lugar, y le echaron en un barranco. No mucho después mataron todos los cristianos que tenÃan captivos, y entre ellos al beneficiado Juan Gómez el viejo y al cura Juan Palomo, haciendo en ellos mil géneros de vituperios y crueldades. Fue cruel perseguidos de cristianos en este lugar Miguel Daloy, alguacil dél".
He citado literalmente lo que se haya escrito en esta crónica perteneciente al S.XVI, y en ella, como habéis podido comprobar, aparece el nombre de "Mecina de Bombarón". No tiene, por lo tanto, ningún sentido escuchar esas teorÃas mÃsticas de nuestros abuelos acerca del "santo varón", ni hacer caso a las partidas de nacimiento del S. XIX, guardadas en la parroquia de San Miguel, y tras la cuales deben andar los intereses de la iglesia, que siempre ha sabido ser una gran encubridora, y una especialista en inventar milagros e historias que le fuesen rentables para ocultar en ellas un pasado en el que la nobleza tuvo el poder real y efectivo sobre la villa, y además, en aquella época, habÃa dos, y hasta tres, creencias religiosas enfrentadas: cristianos, musulmanes, e incluso judÃos. La iglesia, con la invención del milagro del "santo varón" no solo atraÃa la atención de los fieles sobre sÃ, sino que borraba de la memoria colectiva del pueblo la existencia de un digno barón, bajo el mando del cual hubieron de colocar todas las tierra del señorÃo de Mecina. Hasta el concilio de Trento, al menos, e incluso mucho tiempo después, las disensiones entre nobleza y clero fueron permanentes, asà como entre la jurisdicción civil y la eclesiástica, siempre en litigio por la supremacÃa de un orden sobre el otro, asà como por la posesión de tierras y patrimonio. Además, para que os quede más claro si cabe, preguntadles en Mecina a las personas de más de 60 si conocen el significado de la palabra barón con b, y no con v, preguntadles si saben que dicha palabra se corresponde con un tÃtulo nobiliario, y descrubriréis, con sorpresa como mÃnimo, que casi nadie adjudica a esa palabra el significado certero. Os sabrán decir más o menos lo que era un marqués y un conde, pero la palabra barón fue convenientemente borrada de la memomria del pueblo cuando a la iglesia le convino.
Un saludo a mis paisanos.