Sobre dos puentes se abre un horizonte
a caballo entre la piedra y el cielo.
Recortados por las crestas del monte
crespones en sombra cubren el suelo.
Insomne por las formas impasibles
que la quebrada esconde en su sonido...
La amnesia de los ecos imposibles
reproduce un vértigo en el oÃdo...
Oigo el fluir lento pero permanente
atravesado como espada rota
en mi interior abismo indiferente...
Lo oigo caer insomne en cada gota...
La inmediatez de su sueño envanece
toda lágrima que en si desvanece.
Entre despierto y dormido camino
sobre el silencio en sombras de dos puentes.
Se ha cifrado en mis versos un destino
para insomnes vigilantes durmientes...
En desvelo, y como última meta
la inefable belleza y el poeta.