El cultivo del frambueso está muy extendido en el mundo y, principalmente, en~ Europa. Los países del Este europeo y la Unión Soviética ocupan el primer lugar en nivel de producción, estimada en tomo a las 228;200 toneladas. En España, por el contrario, el aprovechamiento del frambueso es muy reducido. El cultivo de la frambuesa se concentra, fundamentalmente, en la comarca de Vera y en el Valle del
Jerte, en Cáceres, y en el Pirineo aragonés. La producción española ronda las 2.000 toneladas.
Hace aproximadamente once años que la Agencia de Extensión Agraria introdujo el cultivo del frambueso en la Alpujarra. Los ensayos realizados en la estación de Lanjarón, a 1.000 metros de altura, sobre diversas variedades (Zeva, Heritage, entre otras), variedades de mora y una variedad morida, arrojaron un saldo altamente positivo en cuanto a producción, adaptación del cultivo al suelo y clima de la zona y calidad de los frutos obtenidos.
Fue así como comenzó el cultivo de la variedad Zeva en pequeñas explotaciones de regadío de Cádiar y otros municipios situados más al norte y a mayor altitud: Bérchules, Yegen, Mecina-Bombarón y Trevélez
¿Por qué La Alpujarra favorece la maduración de esta planta frente a los frustrados intentos llevados acabo en otras tierras andaluzas?
Tanto el clima como los suelos de la zona se adaptan a las exigencias de este arbusto;- El frambueso requiere climas y terrenos frescos, ordinarios, ligeros, arenosos, graníticos y esquistosos de las comarcas elevadas y húmedas. Exige sitios elevados y, a ser posible, en laderas de terrenos accidentados bañados por el sol. Es de poca vida cuando se halla en estado silvestre porque sus raíces son chuponas y esquilman mucho el suelo. Con buenos cuidados se alarga su duración, se hace hermoso y el fruto resulta de una excelente calidad. El frambueso es arbusto que conviene para cubrir las pendientes montañosas. En los terrenos escalonados sus raíces contienen las tierras. Los cuidados generales del cultivo, que madura con rapidez y disfruta de una corta vida, se limitan a una labor con el azadón de tres dientes, poco profunda en el otoño, para extirpar las malas hierbas; ligeras entrecavas en verano, mucho antes de la maduración e inmediatamente después de cogido el fruto, y a un riego de abono líquido en el mes de febrero. De ahí que la explotación agraria familiar típica de la
Alpujarra, ante el elevado coste de la mano de obra, sea el lugar ideal para plantar, desarrollar y cosechar la frambuesa.
Las explotaciones dedicadas al cultivo del frambueso son de tipo familiar y de dimensiones pequeñas. Por lo general, ninguna de ellas supera una hectárea. Este cultivo se complementa, en la mayoría de los casos, con el desarrollo de otras actividades agrícolas y ganaderas.
El cultivo de la frambuesa, como ya ha quedado expuesto al analizar las características y exigencias del arbusto, se acopla perfectamente a este tipo de explotaciones. Su escalonada maduración demanda bastante mano de obra estacional. Tal es así que toda la familia puede contribuir con su trabajo.