Este sendero es un fiel reflejo de la forma de vida de los moriscos con el agua siempre presente. Comienza en la parte más alta del pueblo en el barrio de la plaza vieja y pasa por el “brocal” de la “balsa del Castillo” en dirección al paraje de “Castañías” pasando por “los llanos”, los barranquillos, etc. Caminando por el borde de las acequias contemplamos barrancos de aguas limpias y cristalinas, nos encontramos con nacimientos de aguas agrias de los que cuentan infinidad de historias sobre sus propiedades medicinales.
Caminando por estos senderos podemos ver masas frondosas que producen una enorme frescura al paseo, encontramos frutos silvestres y castaños centenarios, que además de su fruto nos brinda también poder ver al “cinarrerde” que hace su nido de barro y brocilla muy parecido a un cono, los colorines que eligen los álamos y acolchan el nido con la flor que este árbol desprende en primavera, la paloma torcaz, los cabecinegros, los gorriones, los cucos, las urracas y los pajaricos de las nieves junto a otras muchas especies forman parte del amplio grupo de aves que habitan estas sierras.